El amor no tiene porque
ser noble, fuerte y digno ante las calamidades, la vida te enseña que
aprendiendo de tus errores podrás fortalecer tu espíritu, podrás valorar lo que
tienes, y reconocer el valor de las pequeñas cosas pero jamás se podrá decir
que el amor tiene que pasar calamidades para ser un verdadero amor, digno y
sincero. Toda calamidad o infortunio no proviene de Dios; por lo tanto queda
completamente fuera del contexto del Amor, del legado que nos dejo Jesucristo
en la tierra.
No se debe confundir los
problemas y dificultades con las calamidades e infortunios. Son dos cosas muy
diferentes. Nadie quiere ni busca las calamidades e infortunios, ni Dios jamás pretende
eso.
En la palabra Jesús dice:
“Considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas
pues ya saben que la prueba de su fe produce constancia.”
Santiago 1:2-3
Mantener un camino correcto
asemejándonos en todo momento a Cristo, buscando la perfección como seres e
hijos de Dios será lo que nos desvíen de las calamidades e infortunios de la
vida.
Grechka Lee Maldonado
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(2012)